sábado, 1 de agosto de 2009

La fortaleza de los vínculos


Relaciones de confianza

¿Es la confianza una palabra más de los que aparecen en este blog? ¿Es quizás el concepto que da sentido a la maraña de términos que a menudo utilizamos para tejer el sentido de nuestra vida? Desde un punto de vista académico se puede definir la confianza como la esperanza firme que se tiene de alguien o algo. Es por esta razón que el ser humano precisa de ella en múltiples situaciones para poder vivir.

Tiene confianza un niño en que la mano de sus padre lo lleve a un lugar seguro donde no le pueda pasar nada malo. Tiene confianza el hijo en que su madre lo cuidará y velará por él cuando esté enfermo. Tiene confianza el estudiante en que su profesor le enseñará correctamente los detalles y la verdad de las materias de la vida. Tiene confianza el ser humano en que su vida va a tener un sentido y en que quizás hay alguna cosa superior más allá de la muerte. Tiene confianza el seguidor del equipo de futbol hasta el último segundo del partido en que sus jugadores alcancen la victoria merecida. Tiene confianza el presunto culpable en el juez que dicta la sentencia en un contencioso entre vecinos. Tiene confianza el ciudadano en la veracidad de las noticias que recibe de los distintos lugares del mundo. Tiene confianza el autor de una novela en el traductor de la misma a las distintas lenguas para que llegue el mismo mensaje a todos sus lectores. Tiene confianza todo un pueblo en la virtud de su clase dirigente…

Vivimos en una época de crisis ¿Económica? ¿Financiera? ¿Social? Yo más bien diría que lo que vivimos es una crisis de confianza. Hemos dejado de confiar en las instituciones y en las personas. Las instituciones, moribundas casi todas, han perdido gran parte de su valor y sentido en las consideraciones de los ciudadanos. Desde la universidad a la política, desde los medios de comunicación a la Iglesia, desde la familia hasta la escuela, y no se diga ya de los bancos y las demás instituciones financieras tras haber estafado a millones de clientes.

Así, frente a la decreciente fe en las instancias constituidas, la gente tiende a fiarse más del amigo, el conocido, el vecino, el boca a boca e incluso el rumor. La escala de valores se ha dañado y ha provocando que la confianza haya buscado otros anclajes. Sin ella se tiene una situación de incertidumbre acerca de las acciones de los semejantes; gracias a ella, es posible suponer un cierto grado de regularidad y predictibilidad en las acciones sociales, simplificando el funcionamiento de la sociedad. Por lo tanto, ¿Cómo es posible seguir adelante sin poseer la necesaria seguridad que cada uno debe tener en sí mismo y en los demás?

La confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro y se verá más o menos reforzada en función de las acciones. Es una actitud que concierne el futuro, en la medida en que este futuro depende de la acción de un otro. Es una especie de apuesta que consiste en no inquietarse, del no-control del otro y del tiempo. Sin embargo, esta apuesta que hacemos en el futuro se puede resquebrajar por distintos motivos. La confianza es como una joya frágil. Cuesta largo tiempo y mucho esmero conseguirla brillante y pulida, pero un simple traspiés la puede llegar a romper en un instante.

Es cierto que la confianza es algo que cuesta enormemente de ganar, pero que se puede perder en cuestión de un momento. La confianza es la base sobre la cual se puede establecer y cimentar el resto de valores: amor, respeto, tolerancia, etc. Constituye los cimientos de las relaciones interpersonales y es por eso, que lleva su tiempo construirla cuando se trata de crear una relación sólida y perdurable. Nos permite creer que una persona o un grupo serán capaces y desearán actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos. Y esta sensación resulta ser del todo reconfortante.

Quizás nuestra vida es tan solo el anhelo de alcanzar la confianza en algo y alguien y no llegar a perderla jamás. Para salir de esta crisis hemos de recuperar, buscar y construir nuevos referentes dignos de merecer nuestra confianza. Aquello que se ha roto, tras el correspondiente periodo de duelo, debe ser reparado debidamente Ello implica coraje, esfuerzo, insistencia y paciencia. Valores de siempre para nuevos tiempos. La confianza es un vínculo que, una vez establecido entre los individuos de una comunidad, resulta enormemente poderoso. Necesitamos de él para poder abordar el futuro con paso firme.

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