sábado, 3 de marzo de 2012

Las notas del siglo XXI


Este fue mi padre

Mi padre, entre otras cosas, tenía dos grandes pasiones en esta vida: las Ciencias Naturales y su vocación para transmitir el Conocimiento hacia los demás.

Él era ante todo un Maestro, un gran experto en la materia, capaz tanto de llegar a un gran nivel de complejidad y profundidad cunado el público al que se dirigía era extremadamente erudito, como explicar las cosas de la forma más sencilla y simple, como si esas cosas no fueran tan complicadas. Porque de hecho las cosas no son tan complicadas. No importaba si la audiencia era de un nivel académico muy elevado o tenía ante si a su nieto de pocos años o personas sin grandes estudios o nociones previas. Todo el mundo que escuchara con un poco de atención podía llegar a aprender grandes cosas para el resto de su vida.

En definitiva, si se le entendía era porque sabía conocer a su público objetivo y era un gran pedagogo, capaz de transmitir el conocimiento adaptado a las necesidades de los distintos destinatarios del mismo. Y, además, lo hacía siempre con una habilidad innata con la que conseguía captar la atención y el interés del oyente. Si a esto le sumamos su gran interés para escuchar y oír entre líneas, nos encontramos ante una persona con los recursos necesarios para entender la complejidad de la vida y todos los detalles de los anhelos más profundos de ese animal que llamamos racional. Por último, añadimos su gran capacidad de motivación nos encontramos con todos los ingredientes para tener un gran Maestro.

Tuvo miles de alumnos a lo largo de su trayectoria profesional y personal que aprendieron no sólo de él las Ciencias de la Vida sino de que forma podían encontrar la mejor manera de vivir la vida. Creo que esto es lo que todos deseamos llegar a conseguir: tener una existencia plena y feliz, pero sobretodo ser personas capaces de hacer felices a los demás. Este segundo aspecto creo que lo dominaba mejor mi madre que mi padre. Pero, como en todas las familias donde no llega uno llega el otro. De él recibí muchas lecciones que hoy en día me parece que no se encontrarían en ningún centro educativo y que pocas familias tienen el conocimiento y/o el coraje de llevarlas a cabo. Las más importantes son las siguientes:

Lección 1: No te fíes de nadie y menos de tu padre. Es una lección simple y abstracta. Dura y difícil. Creo que después de un año y medio de su muerte todavía no he aprendido la complejidad de su significado. Sigo en ello. Con el ánimo reposado y tranquilo que dan la serenidad y la profundidad de una gran Paz Interior. No estoy seguro si algún día desentrañaré todas las enseñanzas de esta gran lección inaugural. Ahora que soy padre empiezo a vislumbrar nuevos matices, pero estoy convencido que con el paso de los años descubriré nuevas variaciones. El tiempo lo dirá.

Lección 2: Aprende a conjugar el verbo espabilarse en todas las formas verbales. Es una lección práctica y concisa. Compleja y útil. Sobretodo en los tiempos en los que vivimos, pero creo que es aún más necesaria de realizar cuando las cosas van bien. Hay que estar preparado siempre para lo que pueda ocurrir. La vida te depara muchas sorpresas. Dichas y gozos. Momentos duros y difíciles. Alegrías y desencantos. No importa que te depare. Hay que seguir adelante y persistir. No vale la autocomplacencia y la queja. De nada sirve el echar la culpa a los demás y el derrotismo. Hay que mirar hacia delante y seguir. Sin olvidar todo el pasado, ni estar tampoco anclado en aquellos puntos que siendo oscuros nos pueden llevar al abismo. Hay que levantarse y andar. Un paso. Luego otro. Definir un rumbo. No correr. Otro paso. Persistir. Confiar. El resto llegará por si sólo.

Estas, de forma sintética, fueron las dos grandes lecciones del que fue mi padre.

Gràcies Papà !

miércoles, 18 de mayo de 2011

La democracia del siglo XXI







Desafectándonos




Cuando la corrupción política es el pan nuestro de cada dia;



Cuando la mayoría de las discusiones en los paralamentos están protagonizadas por la descalificación y el insulto y, sobre todo, por una falta de sintonía con los problemas de la ciudadanía;



Cuando la burocracia y la dictadura que se ejerce desde la direccón de los partidos polítcos elimina todo vestigio de democracia intena;



Cuando vemos que nuestro voto es utilizado para dar la victoria electoral a alguien que no entraba en nuestros cálculos, simplemente porque las alianzas sirven para mantener u obtener cotas de poder despreciando la opción del votante;



Mientras no tengamos un sitema de listas abiertas donde yo pueda escoger con mi voto al representante de mi distrito electoral, que este me dé explicaciones periódicas de cómo intenta hacer realidad sus promesas electorales y, si es necesario, vote en contra del dicatdo general de su partido por su compromiso con aquellos que lo han escogido a él y no a otro y los partidos dejen de ser un reino de taifas donde se regalen escaños a los allegados y no a los más calificados;



Mientras la más mínima duda sobre la honestidad no haga dimitir inmediatamente al funcionario público;



Mientras en épocas de crisis los gobernantes de este país se llenen la boca de austeridad y al mismo tiempo se gastan millones de euros en informes sin ningún valor, dilapidando los ingresos que se obtienen con una presión fiscal cada vez más alta y la responsabilidad se diluye en comisiones de invetigación sin que al final haya ningún responsable;



Mientras sigamos en una país que parece el paraíso del trapisondismo y muchos políticos, cuando no se descalifican entre si, se llenan la boca de democracia, decencia, y libertad sin practicar ninguna de estas virtudes, yo no iré a votar
























sábado, 12 de marzo de 2011

La inteligencia del siglo XXI


Escuela 2.0 - ¿Por qué? Parte II

Esto indica que toda la estructura de la educación está cambiando bajo nuestros pies. Necesitamos repensar radicalmente nuestra visión de la inteligencia. Sabemos tres cosas de ella:

1. La inteligencia es diversa:

Pensamos en el mundo en toda forma en que lo experimentamos. Pensamos visualmente, auditivamente y cenestésicamente. Pensamos en forma abstracta y pensamos en movimiento. En la actualidad se identifican 8 formas distintas de inteligencia:

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Inteligencia lingüística: asociada a la capacidad para comprender el orden y el significado de las palabras en la lectura, la escritura, y también al hablar y escuchar.
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Inteligencia lógica-matemática: asociada a la capacidad para identificar modelos, calcular, formular y verificar hipótesis, utilizar el método científico y los razonamientos inductivo y deductivo.
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Inteligencia espacial: asociado a la capacidad para presentar ideas visualmente, crear imágenes mentales, percibir detalles visuales, dibujar y confeccionar bocetos.
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Inteligencia musical: asociada a la capacidad para escuchar, cantar, tocar instrumentos.
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Inteligencia corporal-cinestésica : asociada a la capacidad para realizar actividades que requieren fuerza, rapidez, flexibilidad, coordinación óculo-manual y equilibrio.
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Inteligencia intrapersonal: asociada a la capacidad para plantearse metas, evaluar habilidades y desventajas personales, y controlar el pensamiento propio.
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Inteligencia interpersonal: asociada a la capacidad para reconocer y responder a los sentimientos y personalidades de los otros.
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Inteligencia naturalista: asociada a la capacidad de observación, selección, ordenación y clasificación, reconocimiento de secuencias de desarrollo, así como la formulación de hipótesis, aplicados en forma práctica en el conocimiento del medio.

Sin embargo, todos los sistemas de educación del mundo tienen la misma jerarquía de materias, todos, no importa donde vayas, crees que será diferente pero no lo es. En la cima están las matemáticas y los idiomas, luego las ciencias y las humanidades y en al fondo, arrinconado, el arte. En todo el mundo. Y en la mayoría de países también hay una jerarquía para el arte. Dibujo y música tienen un estatus más alto que drama y danza, por ejemplo. No hay sistema educativo en el mundo que a diario enseñe danza a los niños al igual que les enseñamos matemáticas. ¿Por qué? ¿Por qué no? Creo que es importante. Las matemáticas son importantes pero también la danza. Los niños siempre se mueven, corren bailan, todos lo hacemos, todos tenemos cuerpos, ¿no?

Sencillamente lo que ocurre en realidad es que al crecer los niños empezamos a educarlos cada vez más de la cintura hacia arriba y luego nos centramos en sus cabezas y ligeramente hacia un lado (el izquierdo).

2. La inteligencia es dinámica.

Si ven las interacciones del cerebro humano, la inteligencia es maravillosamente interactiva. El cerebro no se divide en compartimentos. De hecho la creatividad a la que defino como el proceso de tener ideas originales que tienen valor a menudo resulta de la interacción de las perspectivas de diferentes disciplinas.

En este sentido, estamos de acuerdo en las capacidades verdaderamente extraordinarias de los niños, de sus capacidades de innovación. Todos los niños tienen talento y lo malgastamos implacablemente. En mi opinión la creatividad debería ser ahora tan importante en la educación como la alfabetización y deberíamos darle el mismo estatus.

Todos los niños se arriesgan, no temen equivocarse, si no saben una cosa lo intentan igualmente, no tienen miedo a estar equivocados. Lo hacen continuamente en sus juegos y sus divertidas ocurrencias. No pretendo decir que estar equivocado es ser creativo. Pero lo que sí sabemos es que si no estás dispuesto a equivocarte nunca harás algo original.

Cuando llegan a ser adultos la mayoría de los niños han perdido esa capacidad, han adquirido el miedo a equivocarse. Así administramos a nuestras empresas, por cierto, estigmatizamos a los errores y administramos sistemas de educación donde equivocarse es lo peor que puedes hacer. Y el resultado es que estamos eliminando la creatividad con la educación.

Picasso dijo una vez que todos los niños nacen artistas y que el problema es seguir siendo artistas mientras crecemos. Creo esto apasionadamente: Al crecer no adquirimos creatividad, sino que crecemos perdiéndola. O más bien somos educados para perderla.

3. La inteligencia es única.

Creo que nuestra única esperanza para el futuro es adoptar una nueva concepción de la ecología humana. Una en que reconstruyamos nuestra concepción de la riqueza de la capacidad humana. Nuestro sistema educativo ha explotado nuestras mentes igual que nosotros hemos explotado la Tierra buscando un recurso en particular, Y en el futuro esto nos servirá. Debemos repensar los principios fundamentales bajo los que educamos a nuestros hijos.

Ahora debemos procurar usar el don de la imaginación humana sabiamente para evitar algunos de los escenarios de los que hemos hablando. Y la única forma de hacerlo es viendo a nuestras capacidades creativas como la riqueza que son y viendo a nuestros hijos como la esperanza que son y nuestra tarea es educar su ser completo para que puedan enfrentar ese futuro, a propósito quizás nosotros no veamos ese futuro, pero ellos lo verán. Y nuestro trabajo es ayudarles a que saquen provecho de él.

viernes, 25 de febrero de 2011

Los cambios del siglo XXI


Escuela 2.0 - ¿Por qué? Parte I


Vivimos en tiempos exponenciales debido a la globalización y al desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. Los cambios se suceden a una velocidad vertiginosa y procesos sociológicos, políticos y económicos que anteriormente tardaban décadas en ocurrir ahora se suceden a una velocidad impensable hace sólo unos pocos años. Nos encontramos ante un problema vital nuevo que debemos afrontar desde su raíz: la educación.


Los niños que entren en la escuela primaria este año, se estarán retirando previsiblemente en 2077 y nadie tiene ni idea de cómo será el mundo dentro de 10 años. Sin embargo se supone que los educamos para eso, para ese tiempo, así que la incertidumbre, creo que es extraordinaria.


El sistema educativo actual se debe adaptar a esta nueva realidad. Nuestro sistema educativo se basa en la idea de habilidad académica. Y hay una razón: Todo el sistema educativo fue inventado hace poco más de 150 o 200 años. En el mundo no había sistemas de educación pública antes del siglo XIX. Surgieron por las necesidades de la industrialización. De esta forma el sistema educativo actual prepara a los individuos mentalmente para pensar como un futuro empleado y para mantener un flujo constante de trabajadores que busquen un empleo "seguro y estable" en las fábricas y corporaciones de la era Industrial o de la Información.


Sin embargo, estamos pasando de una economía y una sociedad basadas en las capacidades lógicas, lineales y computacionales propias de la era de la Información a una economía y una sociedad basadas en las capacidades como la creatividad, la empatía y la visión global. Estamos entrando en la era Conceptual y, por tanto, los modelos del pasado ya no son aplicables a las nuevas necesidades de nuestro tiempo.


En los próximos 30 años, según la UNESCO, en el mundo se graduarán mediante la educación más personas que todas las que lo han hecho desde el principio de la historia hasta hoy. Y la combinación de todo lo que emerge, la tecnología y su efecto transformador en el trabajo y la enorme explosión demográfica han hecho que de repente los títulos no valgan nada. ¿No es cierto?


Los integrantes de la generación del Baby Boom tenían claro que con un título tenías un trabajo. Si no tenías trabajo era porque no lo querías. Pero ahora los jóvenes con título universitario con frecuencia se van a casa a seguir jugando sus videojuegos porque necesitan una master donde antes necesitabas una licenciatura o bien necesitan otra licenciatura o un doctorado.


Nos encontramos en un proceso de inflación académica y, en medio de este escenario, estamos preparando a nuestros estudiantes para trabajos que todavía no existen, donde usarán tecnologías que no han sido inventadas, para resolver problemas que todavía no somos conscientes de que existen.


En este escenario es preciso pensar cómo deben plantear su función las instituciones educativas para poder afrontar con éxito estos retos de futuro que ya tenemos aquí.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Tot està per fer, tot és possible



Un altre món és possible, un altre ésser humà és necessari


El Nadal s’apropa. No te n’adones i ja torna a ser aquí. Una vegada més assenyalant que un any ha acabat. Moltes coses passen en un any, és increïble si hi penses detingudament. Hi ha qui diu que un any ha valgut realment la pena si has tingut ocasions tant de riure com de plorar. És senyal inequívoc de que has viscut intensament molts moments i, per tant, implica que estàs viu i tens motius per viure.

El Nadal sovint tots el celebrem de diferents maneres i per diferents motius. Uns ho celebrem per tradició o creença, envoltats de la família i dels amics. S’engalanen les cases i els carrers, s’intercanvien regals i ens desitgem amor, pau i alegria.. Altres ho celebren d’una forma més privada i discreta, recollits en la seva espiritualitat més íntima i allunyant-se de la voràgine consumista que desborda aquestes festes. Altres els embolcalla una gran tristor al recordar als éssers estimats que ja no hi són i que troben a faltar i desitgen que aquesta època passi ben despresa.

Molt sovint ho celebrem amb una combinació de tot plegat, ja que la vida és tot això alhora.

La vida:

-És una oportunitat, aprofita-la.
-És un somni, fes-lo realitat.
-És un repte, afronta’l.
-És un deure, compleix-lo.
-És amor, gaudeix-ne.
-És tristesa, supera-la.
-És un misteri, desvetlla’l.
-És un himne, canta’l.
-És felicitat, mereix-la.
-És la vida, defensa-la.


14-10-2005

lunes, 1 de febrero de 2010

El juego de la vida

La suma de cada uno forma un colectivo

El Go es un un juego milenario cuyo principal atractivo reside en la simplicidad de sus reglas y el nivel de riqueza, sutileza, profundidad y complejidad a la que se puede llegar. Los elementos del Go, son muy primitivos, son tan esenciales como piedra y madera; blanco y negro; cuadrado y círculo. Las piedras son todas iguales, no como el ajedrez que son distintas. Las reglas no sólo son simples, sino que también son naturales. La idea es controlar territorio así como los animales y el hombre, que a través de la guerra, siempre buscó controlar territorio. En el Go se trata de conquistar territorio. El Go es un juego "general": Pocas reglas (y entonces muchas situaciones posibles). El Go es un juego abstracto: poca diferenciación entre sus elementos porque las piedras son todas iguales, salvo el color

El hecho de que el Go sea un juego simple y tan complejo como se quiera, natural, general y abstracto, lo convierte en una fuente de inspiración para aplicar los conocimientos de Go a todo tipo de situaciones en las que hay comunicación, cooperación o conflicto, es decir, a casi todas las interacciones humanas. Muchos dicen que el "el Go es como la vida", y esto ciertamente no es una exageración o un slogan. Aprendiendo el Go, uno aprende comportamientos para todo tipo de situaciones. Otro de los atractivos que tiene es que indudablemente la racionalidad y el pensamiento lógico intervienen mucho, pero también hay mucho de intuición, creatividad, estética, sensibilidad y armonía.

Los jugadores juntos en ese juego ya no son seres separados, individualistas, que ante todo quieren su propio beneficio, sino que su preocupación será conseguir un equilibrio y una armonía con la otra fuerza en oposición. Así, el resultado final se obtendrá como consecuencia de un proceso natural: pierde el que menos equilibrio y armonía ha logrado.

Ante esta crisis del sistema a nivel global que estamos viviendo es preciso realizar un cambio de paradigma similar al del ajedrez al Go. Si fallamos en hacer esto, perderíamos una gran oportunidad de prosperar en el siglo XXI. Si nos apegamos al tipo de conceptos de guerra del ajedrez, no podemos esperar otra cosa mejor que una paz fría, o a lo peor una guerra económica caliente. Cambiando al nuevo paradigma del Go, las naciones encontrarán las herramientas necesarias para construir un próspero y pacífico futuro.

En el ajedrez la partida comienza con todas las piezas sobre el tablero. El jugador tiene todos los recursos a su disposición, como si fuera un ejército al completo, con el fin de dar muerte al rey adversario, el jaque-mate. Durante la lucha -una especie de batalla medieval- ambos ejércitos irán perdiendo parte de sus efectivos, hasta que al final uno de los dos reyes muere.

En cambio, en el Go el tablero comienza vacío, se empieza de la nada y se va construyendo poco a poco. El objetivo no es destruir al adversario, sino que basta con hacerlo un poco mejor que él, conseguir tan sólo un punto más de territorio. Aunque a veces haya que matar para sobrevivir, en el Go rige el principio: “vive y deja vivir”; el inmenso espacio y su ocupación constituyen un fin, y la destrucción -siempre parcial del adversario es sólo un medio utilizable. Es un juego de coexistencia y su esencia coincide con la dialecta natural entre la vida y la muerte. En el ajedrez es justo al revés, el espacio es relativamente pequeño, y su ocupación es sólo un medio táctico o estratégico para llegar al mate.

La era que emergerá tras la presente crisis será la de la eficacia, la de la productividad, la de evitar desperdiciar los recursos, la de lograr una armonía entre lo que se necesita y lo que se tiene y en supeditar la ciencia y la tecnología a la justicia y el bien. Es decir, se tratará de encontrar un equilibrio entre la ambición y la prudencia, entre el tener y el ser, entre el individualismo y el conjunto, entre la razón y los sentimientos. En definitiva un nuevo mundo más justo y equilibrado. Un mundo más natural en el que se reproduzcan las dinámicas vitales de forma tan obvia como ya aparecen en la mente y a los ojos de un niño. El paradigma del Go nos conduce, no a la atrincherada convicción sobre la guerra o «bellum justum», sino a reflexionar sobre el reparto, la distribución, y la prosperidad en pacífica armonía. Esta es la maravilla y el atractivo del Go.

martes, 19 de enero de 2010

Disfrutando el momento


La conciencia de lo cotidiano
Con este post se cumplen se cumple un año del inicio de este blog la cual cosa no deja de ser más que una pequeña alegría que me llena de gran satisfacción. Para este inicio de 2010 propongo continuar con el tema ya iniciado en el último post de 2009. La búsqueda de la felicidad.

A menudo muchas personas deciden vivir su vida con la premisa de que llegado un momento alcanzarán cierta meta u objetivo que desean y anhelan con toda su alma. Su lógica se basa que una vez llegado ese momento serán capaces de disfrutar de una inmensa alegría y felicidad que será capaz de compensar todos los sinsabores y dificultades que se hayan podido encontrar por el camino. Es una visión orientada a las esperanzas que nos ha de traer un futuro siempre incierto mientras se vive un presente de espaldas a la realidad y encorsetado en una pauta y rutinas que permitan edulcorar las verdades incómodas del presente.

Desde mi punto de vista este planteamiento resulta equivocado ya que es muy posible que se tenga que llegar a pagar una factura muy elevada por algo que quizás no merezca tanto la pena. Como decía Pearl S. Buck: “Muchas personas se pierden las pequeñas alegría mientras esperan la gran felicidad”.

Y es quizás en esas pequeñas alegrías cotidianas donde reside la verdadera felicidad que tan escondida parce a veces y que resulta tan difícil de hallar. Estas pequeñas dichas engloban los placeres, los disfrutes, y todo aquello que nos hace sentir felices.

Una gran alegría no se aprecia en todo su valor si uno no está preparado. Se trata de apreciar lo que se vive cada día y de sacar lo mejor. Es, antes que nada, un estado de espíritu. Una manera de vivir los días intentando ver el lado bueno, disfrutar de algo positivo para sí mismo pero también para la colectividad.

Los grandes placeres están ligados siempre a nuestras necesidades (comida, sueño, sexo, espíritu). Pero hay pequeños placeres que ni siquiera forman aficiones, que son imperceptibles incluso para quien los tiene: son gustos, caprichos, rutinas placenteras que a menudo mantienen nuestro equilibrio, nuestra situación con el entorno y la vida humana en armonía.

Estos minúsculos momentos de alegría, aunque no son trascendentes y podríamos prescindir de ellos un día o dos, cumplen una función en nuestro equilibrio diario. Nos mantiene más a tono, más a gusto, más libres. Y son los que más nos personalizan, nos identifican. Son placeres privados, intransferibles que duran un ratito. Como la vida misma.

A veces, la vida deja de ser un puro tránsito entre el pasado y el futuro y adquiere una intensidad eterna. Saber apreciar estos pequeños placeres nos garantiza un bienestar en el cuerpo y la mente. Para sentirse feliz no es necesario poseer un objeto concreto sino que basta en disfrutar de los momentos que uno tiene.